La medida reduce el valor extra en la factura eléctrica de 7,87 rands a 1,88 rands por cada 100 kWh, lo que supone un alivio en las tarifas energéticas. En septiembre, el coste de la energía contribuyó al aumento de la inflación.
Este viernes (25), el Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) anunció que la bandera tarifaria para las facturas de electricidad en noviembre será amarilla, en sustitución de la bandera roja de nivel 2 adoptada en octubre.
El aumento de las precipitaciones registrado en octubre permitió este cambio, reduciendo el coste adicional por cada 100 kWh consumidos de R$ 7,87 a R$ 1,88. Las banderas tarifarias amarillas y rojas indican periodos en los que la generación de energía es más cara.
La persistente sequía en el Norte de Brasil ha reducido la producción de las centrales hidroeléctricas, obligando a activar centrales termoeléctricas para cubrir la demanda, especialmente en momentos de picos de consumo y baja generación renovable. Este alto costo de la electricidad impactó el índice de inflación en septiembre, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que registró un aumento de 0,44% en el Índice Amplio de Precios al Consumidor (IPCA).
Descubra el coste de las banderas arancelarias
Vea también consejos para ahorrar energía durante las horas punta:
- bandera verde (generación favorable): sin costo adicional;
- Bandera amarilla (generación menos favorable): R$ 18,85 por MWh utilizado (R$ 1,88 por 100 kWh);
- Bandera roja, nivel 1 (generación desfavorable): R$ 44,63 por MWh (R$ 4,46 por 100 kWh);
- Bandera roja, nivel 2 (generación muy desfavorable): R$ 78,77 por MWh (R$ 7,87 por 100 kWh).
Estos cambios en los pabellones tarifarios reflejan las condiciones climáticas y la capacidad de generación de energía del país. Aprovechar el periodo de bajada de bandera para ajustar los hábitos de consumo puede suponer un ahorro para el bolsillo y ayudar a afrontar posibles nuevas subidas de tarifas en el futuro. Seguir monitoreando estas variaciones y aplicar sencillos consejos de ahorro, como apagar las luces y desconectar los electrodomésticos en espera, son prácticas que marcan la diferencia tanto en las finanzas personales como en el sistema eléctrico en su conjunto.