Se puede consultar de forma gratuita uno de los principales registros de restricciones de crédito. Para limpiar su nombre, debe negociar o esperar a que expire la deuda.
En Brasil, tener un “nombre sucio” es señal de tener problemas financieros inscritos en registros de restricción de crédito, con el CPF ingresado en bases de datos como Serasa Experian y SPC. Para regularizar la situación hay que saldar la deuda o esperar a que caduque, lo que puede tardar hasta 10 años. Si la negativa es indebida, el consumidor tiene derecho a una indemnización por daño moral.
La principal base de datos de restricciones crediticias del país es administrada por Serasa en alianza con la SPC. Cualquier persona puede consultar el estado de su CPF de forma gratuita, previa inscripción en el sitio web o en la aplicación Serasa, disponible en las plataformas Google Play y Apple Store. Para ello, deberá proporcionar su CPF, nombre completo, fecha de nacimiento y correo electrónico, además de crear una contraseña.
Después de registrarse, el consumidor puede verificar si su nombre es negativo y la regularidad de su CPF ante la Hacienda Federal. También es posible consultar el Score Serasa, un puntaje de 0 a 1.000 que evalúa la probabilidad de pagar facturas en los próximos 12 meses, siendo un indicador importante para la concesión de créditos, como préstamos y financiaciones.
Consultas pagadas
Aunque la consulta gratuita Serasa y proceso estadístico Es suficiente para verificar la mayoría de registros, existen otras opciones pagas, como el servicio que ofrece Boa Vista. Una consulta para un solo CPF cuesta R$ 40, y hay paquetes disponibles para consultas múltiples, como 17 CPF para R$ 250.
Además, el propio Serasa ofrece servicios pagos que le permiten consultar el CPF o CNPJ de terceros y monitorear su propio CPF. Según Joyce Carla, coordinadora de educación financiera de Serasa, este monitoreo ofrece alertas a los consumidores, advirtiéndoles cuando existe riesgo de que su nombre sea negativo o cuando las empresas consultan su CPF, lo que puede prevenir fraudes.
“Si el consumidor recibe una alerta de que su CPF ha sido consultado por una empresa con la que no ha hecho negocios, puede tomar medidas preventivas y evitar posibles estafas”, explicó Joyce.
Cuando el consumidor reconoce la deuda, deberá negociar el pago directamente con la empresa acreedora para regularizar la situación. Según Serasa, una vez procesado el pago, la empresa tiene hasta cinco días hábiles para solicitar la eliminación del CPF de la base de datos de morosos.
En el caso de deudas pagadas a plazos, el CPF debe ser eliminado del registro negativo después del pago de la primera cuota, según destacó el coordinador de Serasa.
“Es importante recordar que, si el consumidor no paga las siguientes cuotas, su nombre puede volver a ser negativo”, advirtió Joyce Carla.
Estatuto de prescripción de la deuda
Otra forma de eliminar su nombre de los registros de restricción de crédito es esperar a que la deuda expire, después de lo cual ya no se podrá cobrar. El plazo de prescripción varía según el tipo de deuda.
Según el Código Civil, el plazo máximo de prescripción de la deuda en Brasil es de 10 años. Sin embargo, la mayoría de las deudas que resultan en un nombre negativo vencen en cinco años.
Los plazos de prescripción para las grandes deudas de consumo son:
- 3 años: pagarés, letras de cambio, alquileres de propiedades, entre otros;
- 5 años: impuestos como IPTU, IPVA e Impuesto a la Renta; multas de tráfico; facturas de agua, luz y teléfono; facturas de condominios, matrículas escolares, planes de salud y consorcios; tarjeta de crédito;
- 1 año: deudas relacionadas con la emisión de cheques.
Según la abogada Ticiana Ayala, los cheques tienen una particularidad. Su vigencia es de 30 días si se expiden en la misma ciudad donde serán presentados al banco, o de 60 días si se expiden en otra ciudad. Pasado este plazo, el banco no puede devolverlo por falta de fondos, sino porque está fuera del plazo de compensación. Sin embargo, durante un año, el cheque aún puede cobrarse, lo que puede resultar en que el nombre sea negativo.
La deuda prescrita ya no se puede cobrar
Después del plazo de prescripción, la deuda ya no se puede cobrar y el consumidor puede solicitar la exclusión de su nombre del registro de morosos. Técnicamente, la empresa acreedora puede emprender acciones legales para intentar cobrar la deuda, pero el Juzgado tiende a rechazar la solicitud, según explica el abogado.
“Si un acreedor intenta cobrar una deuda prescrita en los tribunales, no tendrá éxito, ya que el juez puede reconocer la prescripción o el propio consumidor puede reclamarla en su defensa, impidiendo el cobro”, explicó Ticiana.